Mañana
Hoy quise salir
del sistema y me pedí el día del trabajo. Tengo esa posibilidad, soy una
afortunada. Mi compañero se preocupó y ante su consulta, le respondí: “estoy
bien, mañana seguimos con todo”. Corté y me puse a reflexionar que fui una
aventurera y atrevida. ¿Quién nos asegura un día más? ¿Por qué esa tendencia a
planificar y dar por hecho lo que nunca sabremos si podrá ser? Está bien en
algún punto que no se viva pensando en la interrupción de lo cotidiano, de ese
mundo del que nos apropiamos, que es nuestro pero que puede desaparecer sin
más. Y este punto de inflexión está muy bien para hacer un balance, ligero por
cierto, tampoco es cuestión de ahondar demasiado como para no complacerse de un
día libre…Y pensar todo lo que se tiene para disfrutar. Un gran tablero de
bienes, tangibles e intangibles. Y todo lo que de eso nos ayuda a ser felices.
Un rápido estado de situación. La mirada puede dictaminar un saldo positivo o
negativo. Aunque no es muy agradable asociar ese término económico con los
sentimientos y vivencias. Debería inventarse una palabra. O muchas pero eso es
muy ambicioso, la red de sentidos, la lengua es un sistema poderoso que nos
precede ampliamente y nos condiciona desde que nacemos. Pero no nos desviemos
del cometido. Entonces reflexioné y en lo primero que pensé es en los amores,
en las personas que quiero, en el bienestar y la salud de ellos. En mi trabajo,
en las aspiraciones profesionales, en los objetos que me rodean, en cómo quiero
vivir, en los proyectos concretados y los por venir. Fue una foto rápida, no sé
si con flash o no. No importa. Y seguramente faltaron un montón de ángulos y
tomas, picada, contrapicada, supina,
plano general o detalle. En algunas cuestiones hice zoom y luego me alejé
porque me gustó mucho lo que vi o, en otros casos, por cierto malestar que
podía nacer con lo que no me agradaba. Al fin y al cabo, la duda y la reflexión
nos puede llevar por caminos de muchos atajos y está bueno arriesgar entre
muchas rutas a seguir. Pero hoy es un día pleno, único y el mañana será sólo
una palabra. Que nos arroja un horizonte posible pero jamás seguro. Ni siempre
ni nunca. Entonces rescato esta hora exacta en que salgo de mí, dejo de pensar,
escucho música, limpio, cocino, hago saber a mis amigos, a mi pareja, a mi familia
y hasta a mi mascota que son importantes. Y siento que existo con ellos de una
manera única al menos por hoy. Es la ilusión de recuperar el propio tiempo
interno. El único del que somos responsables para elegir bajo qué compás se
quiere vivir.
Comentarios
Estoy tan de acuerdo con lo que escribes
yme lleno de mas preocupación de no poder darme los gustos de la vida ya sea por razones de trabajo, de la planificación constante de la vida
Tu escrito me hace pensar muchas cosas
por ejemplo, la muerte puede llevar en cualquier momento y yo que? Estor feliz con lo que estoy haciendo? Estoy estudiando lo que quiero y donde quiero?
La gente piensa que al joven no le viene la muerte, que es asunto de viejo pero yo tengo claro que eso no es si y por eso me enoja no tener los pantalones bien puestos para estar donde quiero. Mauricio