Nació Matteo
El 18 de noviembre arribó a este mundo
Matteo. A las 9 de la mañana exactamente. En la avenida J.M.Moreno 124, en pleno
corazón de Caballito. Sus padres y mentores son Leandro y Cecilia, hermanos,
con el apoyo de Alberto y Verónica, algo
así como sus abuelos. El nuevo integrante del barrio tiene más de 120 metros
cuadrados, 27 mesas, espacio para 80 comensales y consume más de 24 kilos de
café Cabrales por mes. El equipo que le da vida lo conforman 18 personas con la
jefa de cocina, Micaela Turek, en el diseño de la carta y dirigiendo la batuta
de la cocina.
El nombre bautismal es diferente de lo
que cualquiera imaginaría. No responde a ninguna acepción o aggiornamiento del nombre Mateo. No. Es
en honor a Lucy y Porota, tías abuelas de los dueños. Es el
apellido de ellas, que los criaron y con quienes celebran también el día de la
madre. Los sobrinos políticos confiesan casi a dúo que las aman y es un
homenaje a tanto cuidado y amor. Es el apellido de ellas, una ama de casa y la
otra empleada de comercio. Ahora jubiladas.
Matteo es un bar, restó, confitería,
cuasi restaurante. Podría absorber varias categorías pero lo importante es que
su propuesta es fuerte no sólo en una
cuidada ambientación -admiten ser adictos a Pinterest- sino en una carta
variada que cuida dos ingredientes fundamentales: excelente calidad de
productos y precios más que razonables. Una conjunción difícil de lograr y que
hasta el momento se cumple a rajatabla. Cecilia, el alma mater femenino del
espacio, comenta “nosotros no cambiamos de rubro sino que lo ampliamos”. Aclara
así que antes, ahí mismo, tenían un negocio de decoración, artículos exclusivos
que aún se pueden adquirir. Y ahora también se puede comprar una torta (el cheese cake y la
chocotorta son los más demandados), pan, budín de almendras o cualquier
otra exquisitez que se ofrezca en carta.
La idea de procrear a Matteo surgió en
febrero, nueve meses antes de dar a luz, un domingo a la noche en donde no se
encontró ningún lugar aceptable, en términos y gusto de Leandro, para reunirse
con amigos. El desafío era la creación de un reducto con estética palermitana en el medio de Caballito
y cómo un administrador de empresas y una docente, le pondrían el cuerpo y
muchas horas al emprendimiento. Así se lanzaron y las expectativas fueron
ampliamente superadas. También pensaron en un target de 16 a 28 años que
rápidamente pasó a 88 años con una heterogeneidad que es más que bienvenida por
todos. También apuntaron a la inclusión con baños para discapacitados y el menú
en sistema braile. Abre todos los días de 9 a 20hs, tiene un patio seductor y
una decoración con mucho amor por los detalles. Algunos muebles fueron
rescatados de remates y reciclados. Matteo sigue creciendo. En una de sus
paredes tiene un tatuaje (podría ser) con esta frase que da cuenta del espíritu
de quienes lo engendraron: “Somos apasionados, entusiastas, emprendedores, nos
gusta cumplir nuestros sueños…Bienvenidos a Matteo”.
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