EL BARRACAS: TANGO AL SUR


Fue el lugar elegido por Pino Solanas para filmar algunas escenas de la película Sur. Pero no fue la única. También se rodaron allí “Gatica”, “Los Siete Locos”, “La Patota”, el documental norteamericano “Naked Tango”, “Tanguito” y varios cortometrajes.
El lugar se llama El barracas, una casa de tango. El sueño cumplido y hecho realidad de su Directora Ejecutiva, Fabiana Ricagno.
¿Desde cuándo estás a cargo de El Barracas y cómo surgió la idea?
El Barracas es un emprendimiento familiar. Mis tres hijos me acompañaron y acompañan en su desarrollo y mi papá Hilario Ricagno con su experiencia de tres generaciones de gastronómicos es, definitivamente, el “jefe de asesores” (sonrisas). El asunto de comprar una propiedad y ponerla a punto para que funcionara como espacio de gastronomía y espectáculo tanguero rondaba la mesa familiar desde el 2005 aproximadamente. Pero imaginábamos un lugar que ya tuviera su propia historia. Una noche, unos amigos me llevaron a ver una esquina en zona sur que, según me habían comentado muchas veces, había funcionado durante casi una década en los 80, “Buenos Aires Sur”. El lugar me impactó hondamente. Al pasar por debajo del puente apareció la impecable fachada de este reducto y no parecía un lugar cerrado. Era definitivamente mágico, como traído del tiempo, en medio de la neblina invernal característica de la zona; supongo que pensé en “Nieblas del Riachuelo”. Un vecino, sentado “a caballo” en una silla en la vereda nos contó toda la historia y fue a partir de esa charla que dimos con Omar Tamburi, su dueño. Después de meses de frustrados intentos, porque no quería venderlo, concretamos la operación en marzo del 2006, pero sólo con el compromiso de no transformarlo en algo distinto de lo que era y había sido. Abrimos como restaurante en junio del 2007.
¿En qué se diferencia El Barracas de otras propuestas de cenas show de tango?
Honestamente, en todo. Intentamos que la comida que se sirve no sea un mero acompañamiento del espectáculo sino algo verdaderamente gourmet. Entiendo que lo logramos incorporando a Iñaki Goldin ex “Le Mistral” del Four Seasons quien armó un menú porteño con buenos ingredientes, poca sofisticación pero de alta calidad. En lo artístico todo transcurre en su espacio natural, no hay escenografía. Todo lo que se cuenta en El Barracas y las etapas del tango podrían suceder en ese arrabal natural, en la estación, en el barrio que lo circunda. La construcción de la red ferroviaria de Buenos Aires dio origen al almacén de ramos generales a fines del siglo XIX y allí quedó. El vestuario que diseñamos es como el tango, con gran personalidad, coherencia y muy poco “brillito”. Los temas tanto instrumentales como cantados que elegimos no son para nada los que se escuchan en el resto de los espectáculos. Para bien o mal fueron seleccionados desde nosotros y para nosotros, los porteños. No es frecuente escuchar “Sueño de Barrilete”, ni “Siga el corso” ni “Los Mareados” ni “El 45”. Mucho menos “Balada para un loco” arreglado con la música de “María de Buenos Aires”. No hay fotógrafos que saquen y vendan fotos a los clientes, ni merchandising de la marca, solamente un souvenir que se regala que es un frasquito de colonia. Y algo en lo que hicimos especial hincapié es en el cuidado de la figura femenina en la historia del tango. No aparece como la minita, ni el giro, ni la que abandona al tipo llorón. Intentamos mostrar la vida tal como fue.
¿Qué es lo mejor y lo peor de un emprendimiento como El Barracas?
Lo mejor es hacer un sueño realidad. El Barracas es mi “Sueño de Barrilete” que “como un viento de esperanza sube y sube”. Es gratificante ver un sueño armadito tal cual uno lo imaginó. Ver que es posible no apartarse de los sueños y que en esos sueños puedan estar los hijos de uno. Y que tal vez esos “colaboradores” no hayan tenido la misma historia con el tango que uno pero entienden bien de qué se trata. Y que, como en mi propia historia de bisabuelos y abuelos laburantes y semianalfabetos, que hicieron de su esfuerzo hijos universitarios, mis hijos aporten hoy sus conocimientos profesionales adquiridos aquí y en el mundo, para hacer posible El Barracas. Lo peor o lo mas angustiante es que la apuesta económica que resulta muy fuerte y así debe ser para mantener la calidad. Los comienzos son difíciles y solo tenemos un año en el mercado. Pero estamos muy confiados en lo que hacemos
¿Cómo ves El Barracas en 10 años?
Lo veo como esos lugares del mundo a los que uno no puede dejar de ir si quiere conocer verdaderamente una ciudad y su gente. Y, definitivamente, gerenciado por la familia

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